¿Por qué elegimos Terapia Cognitivo Conductual?
Reflexiones acerca de algunas diferencias críticas entre
Tal como hemos afirmado en otras oportunidades,
Desde la manera en que obtenemos el conocimiento y justificamos nuestras hipótesis hasta la forma en que las operativizamos en el campo clínico por medio de técnicas terapéuticas específicas, nos ceñimos a criterios científicos contemporáneos ampliamente aceptados. Por supuesto, la psicología se destaca por su aporte de herramientas para la intervención clínica, pero
De este modo, desde los mismos fundamentos epistemológicos del enfoque,
Ahora bien, ¿cómo se traducen estas características en la práctica? Vale decir, ¿qué es lo que en el trabajo clínico concreto y cotidiano nos diferencia de otros abordajes? En primer lugar, cabe destacar que en Terapia Cognitivo Conductual nos concentramos en los problemas actuales del paciente, dicho en palabras sencillas, nos ocupamos de sus síntomas, más allá de que ellos se configuren o no como un trastorno psicológico diagnosticable. Dado que nuestro enfoque es francamente pragmático, el objetivo principal de la intervención consiste en que los problemas por los cuales el paciente asiste a consulta dejen de existir, es decir, apuntamos deliberadamente al levantamiento sintomático. Definitivamente, creemos que esto es algo que casi siempre buscan las personas que acuden a un psicólogo, buscan que el terapeuta las ayude a resolver los síntomas que les traen sufrimiento. Lamentablemente, esto es algo que no siempre buscan los psicólogos... O más claramente expresado, especialmente en nuestro medio, el "mundo psi de los buenos aires", muchos psicólogos no tienen como meta principal el ayudar a sus pacientes a resolver sus síntomas y aliviar su sufrimiento, sino que guiados por orientaciones teóricas ajenas al campo de la ciencia, se avocan a los vericuetos del lenguaje y las anécdotas personales de la infancia, esperando que los síntomas desaparezcan "por añadidura".
Pero quizá, el aspecto más cuestionable de algunas modalidades terapéuticas sea la falta de aviso. Sería conveniente y éticamente recomendable que las personas que inician un tratamiento sean informadas en las primeras entrevistas acerca del pluralismo paradigmático" -por no decir "desorden"- que existe en el terreno de la clínica psicológica de nuestro medio. Especialmente, que las personas conozcan acerca de las tasas de eficacia relativa que han mostrado los distintos enfoques terapéuticos aplicados a distintos diagnósticos y por supuesto, cuál es y en qué consiste el tratamiento que están por encarar.
¿Qué espera una persona que a raíz de padecer crisis de pánico y agorafobia ha dejado de trabajar, estudiar o visitar amigos? ¿Qué desea un varón que se ve imposibilitado de disfrutar sexualmente con su pareja porque sufre de eyaculación precoz? ¿Qué expectativas tiene alguien que ha perdido su capacidad de experimentar placer en la mayoría de las situaciones, que incluso ha dejado de comer o bañarse por padecer un cuadro depresivo?
Difícilmente alguno de ellos acuda a tratamiento psicológico con el fin de hallar las causas históricas, originarias o inconscientes de tales síntomas, más bien desean vehementemente que estos últimos desaparezcan para siempre. En la frase anterior, claro está, el "para siempre" constituye un punto conflictivo.
Efectivamente, una vertiente de críticas muy difundida a
Sin embargo, gran cantidad de estudios de seguimiento han demostrado que la mayoría de las veces estos fenómenos no se producen. Las investigaciones que reportan recaídas corresponden a trastornos en los cuales ninguna estrategia psicológica ha mostrado una eficacia significativa, tal es el caso de
Por otra parte, los índices de eficacia de
Quizás lo más paradójico sea que desde las orientaciones que sostienen este grupo de críticas, rara vez se han presentado estudios controlados que avalen que en los tratamientos que ellos mismos defienden no se produzcan recaídas o la tan temida "sustitución de síntomas".
Si queda claro el objetivo general que tenemos en Terapia Cognitivo Conductual, vale preguntarse ahora cómo trabajamos para lograrlo. Terminada la fase de evaluación psicológica, el terapeuta diseña un plan consistente en técnicas y ejercicios que propone al paciente. Dentro del enfoque se ha desarrollado una amplia gama de técnicas, las cuales se combinan de modos diversos para conformar programas terapéuticos específicos que paciente y terapeuta llevan adelante como un equipo de trabajo, ambos tienen un rol activo. Vale decir, el "modus operandis" no consiste en conversaciones libres y azarosas acerca de los temas que surgen de manera espontánea, sino que desde el inicio mismo de la intervención, se sigue una serie de pasos sistemáticos racionalmente pensados a los fines de alcanzar las metas propuestas durante la evaluación.
Por último, ¿qué hacemos cuando logramos alcanzar los objetivos inicialmente planteados? Consideramos finalizada la intervención y damos el alta al paciente. Sí, efectivamente, en Terapia Cognitivo Conductual existen criterios claros acerca de cuándo terminar un tratamiento. Y si bien esto puede parecer algo sumamente extraño, los tratamiento llegan la mayoría de las veces a un final natural en un tiempo relativamente breve porque, sencillamente, los problemas se solucionaron.
Sobre este aspecto, cabe destacar que si bien
Tal vez, la mejor manera de resumir lo que diferencia a
Fuente: Grupo de estudio TCC (http://mail.google.com/a/colombia.com/?AuthEventSource=SSO#trash/1271a41e9da41f41), Febrero, 2010.
Nota: En azul los subrayados de Medinet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario